Hoy 2 de octubre, la compañía inglesa ha anunciado que cese todas sus operaciones, cancelando a más de 300.000 reservas que tenían y dejando desamparados a más de 110.000 pasajeros. La plantilla contaba con 2.000 empleados.
La Civil Aviation Authority del Reino Unido contrató y organizó vuelos chárter para repartir a los viajeros de diversas nacionalidades europeas.
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