Era un vuelo internacional que cubría la ruta entre el Aeropuerto Internacional Bole (Addis Abeba, Etiopía) y el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta (Nairobi, Kenia) el 10 de marzo de 2019. La aeronave implicada fue un Boeing 737 MAX 8, siendo el segundo choque de este modelo en menos de cinco meses tras el vuelo 610 de Lion Air.
La causa del accidente todavía sigue sin conocerse. El piloto pidió a la torre de control etíope si podía regresar debido a dificultades. El avión desapareció del radar, y éste indicó que el aparato iba ascendiendo de manera errática con una velocidad aerodinámica vertical inestable, estrellándose a 62 kilómetros del aeropuerto.
Algunos testigos afirman que el avión hacía ruidos extraños y dejaba un rastro de humo detrás, con chispas de fuego cerca de la cola y escombros antes de colisionar contra el suelo. Otros dicen que cayó en picado sin llamas antes del impacto.
Es el peor accidente aéreo de la aerolínea etíope con 157 fallecidos después del vuelo 961 en las islas Comoras en 1996.
La causa del accidente todavía sigue sin conocerse. El piloto pidió a la torre de control etíope si podía regresar debido a dificultades. El avión desapareció del radar, y éste indicó que el aparato iba ascendiendo de manera errática con una velocidad aerodinámica vertical inestable, estrellándose a 62 kilómetros del aeropuerto.
Algunos testigos afirman que el avión hacía ruidos extraños y dejaba un rastro de humo detrás, con chispas de fuego cerca de la cola y escombros antes de colisionar contra el suelo. Otros dicen que cayó en picado sin llamas antes del impacto.
Es el peor accidente aéreo de la aerolínea etíope con 157 fallecidos después del vuelo 961 en las islas Comoras en 1996.
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