Era un vuelo de pruebas que inicialmente era para despegar en el Aeropuerto de Perpiñán - Rivesaltes, sobrevolar el mar Mediterráneo cerca de la costa francesa, y volver al aeropuerto de partida. La aeronave involucrada en el accidente era un Airbus A320, que luego iba a pertenecer a Air New Zeland cuando pasara las pruebas.
Los pilotos estaban realizando las distintas pruebas que debían hacer, pero cuando estaban haciendo una prueba sobre velocidades bajas a bajas altitudes, la aeronave comenzó a desplomarse hacia el mar, cerca de la costa, falleciendo las 7 personas a bordo.
Con las dos cajas negras recuperadas del fondo del mar, los investigadores, gracias a los datos de Unidad de Referencia Inercial de Aire, cuando la aeronave caía en picado, hubo un momento en el que se enderezó a 340 pies de altura, pero no lo suficiente. Se determinó que la causa principal del accidente fue los malos procedimientos de mantenimiento que provocó que el agua entrara en el ángulo de los sensores de ataque. Esto hizo que cuando el avión estaba en el aire, el agua se congeló e inutilizó el sistema.
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