Era un vuelo de pasajeros que iba desde el Aeropuerto de Cold Bay y el Aeropuerto de Seattle - Tacoma, ambos aeropuertos en Estados Unidos, el 8 de junio de 1983. La aeronave implicada era un Lockheed L-188 Electra.
Cuando la aeronave despegó de Cold Bay, los pilotos notaron una extraña vibración del avión. Un poco más tarde, el ingeniero de vuelo fue a comprobar los motores, pero no vio nada fuera de lo normal. Luego, sería la azafata quién alertaría a los pilotos del aumento de intensidad de la vibración, quien también vería a través de la ventanilla cómo el motor nº4 se desprendía y dañaba el fuselaje. Esto provocó una despresurización en la cabina, y el atascamiento del acelerador de los motores y los controles de vuelo.
Los pilotos rápidamente activaron el piloto automático rumbo al Aeropuerto Internacional de Anchorage, el cual tenía una pista más larga que otros aeropuertos cercanos, y con mejores servicios de emergencia. La tripulación no pudo aterrizar en el primer intento, y realizaron la maniobra de motor y al aire. A la segunda, la aeronave aterrizó y los motores se apagaron para frenar el avión, y finalmente terminaron saliendo un poco de la pista. Las 15 personas a bordo sobrevivieron sin ningún herido.
La causa del desprendimiento del motor nº4 sigue siendo desconocida, pues cayó en el océano Pacífico y nunca se recuperó para analizarla.
Por la increíble hazaña, el piloto, el copiloto y el ingeniero de vuelo recibieron el Premio Superior de Aviación.
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