Fue un vuelo de pasajeros que cubría la ruta entre el Aeropuerto Internacional MBS (Saginaw, Míchigan) y el Aeropuerto John Wayne (Santa Ana, California), con escalas en el Aeropuerto Metropolitano Detroit - Wayne Country (Detroit, Míchigan) y el Aeropuerto Internacional Phoenix - Sky Harbor (Phoenix, Arizona), todos los aeropuertos de Estados Unidos, el 16 de agosto de 1987. El avión accidentado era un McDonnell Douglas MD-82.
La aeronave empezó a despegar de Detroit con normalidad, a una velocidad de 170 nudos para empezar a rotar, cuando a los 50 pies de altura, comenzó a ladearse hacia la izquierda, hasta alcanzar 40º de inclinación. Siguió volando y el ala izquierda chocó contra un poste de luz del final de la pista, produciendo un incendio por el combustible almacenado en el ala. Luego, giró 90º a la derecha, atravesando el ala derecha el techo de un edificio de alquiler de coches. Finalmente, con el aparato fuera de control y boca abajo, colisionó contra una carretera cercana al aeropuerto, golpeando a varios vehículos, desintegrándose por su paso hasta llegar a un puente de ferrocarril y otro de coches, donde ardió todo el combustible. Fallecieron 156 personas, 2 en tierra y 154 en el avión. Milagrosamente, una niña de 4 años sobrevivió con heridas graves del accidente, siendo trasladada al hospital y recuperándose del todo.
La posterior investigación determinó que la principal causa del desastre aéreo fue que a los pilotos se les olvidaron comprobar los flaps y slats, que no estaban desplegados para despegar. Además, el sistema de aviso de despegue del avión no funcionaba, lo que hubiese podido avisar a los pilotos de su fallo en no activar los sistemas de sustentación.
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