Fue un vuelo que cubría la ruta entre el Aeropuerto Internacional Toronto Pearson y el Aeropuerto Internacional de Winnipeg James Armstrong Richardson, ambos aeropuertos en Canadá, el 26 de junio de 1978. La aeronave que se accidentó era un McDonnell Douglas DC-9-32.
A primera hora de la mañana, el avión recorría la pista de despegue, cuando uno de los neumáticos del tren de aterrizaje estalló, disparando trozos de goma. Los pilotos no pudieron abortar el despegue al llevar dos tercios de pista recorridos, por lo que tuvieron que frenar de emergencia aunque sin éxito, porque terminó precipitándose por un terraplén. Terminó por romperse en tres partes y por suerte, pese a que el avión iba cargado de combustible, no se incendió. Fallecieron 2 de las 107 personas a bordo.
Se encontraron varias causas del accidente en la investigación: se reaccionó 4 segundos más tarde para frenar que pudo hacer que se evitara el accidente, el bajo nivel de entrenamiento en frenado de emergencia, también cuestionándose la existencia del barranco al final de la pista.
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