Era un vuelo de pasajeros que cubría la ruta entre el Aeropuerto Port Bouret ( Abiyán, Costa de Marfil ) y el Aeropuerto Internacional Jomo Kenyatta ( Nairobi, Kenia ), con escala en el Aeropuerto Internacional Murtala Muhammed ( Lagos, Nigeria ), el 30 de enero del 2000. El avión que se estrelló fue un Airbus A310-300.
En la ciudad nigeriana hacía un tiempo brumoso, y muchos vuelos que iban a despegar tuvieron que retrasarse. El avión despegó y el capitán ordenó subir el tren de aterrizaje, sin embargo, sonó la alerta de pérdida del aparato. No se subió el tren de aterrizaje, bajaron el morro y silenciaron la alarma. Sonó también la alerta de proximidad al suelo, que luego se cortaría a los pocos segundos, hasta que empezó a sonar la alarma de velocidad máxima. Los pilotos no pudieron elevar la aeronave porque descendía rápidamente. Finalmente, el A310-300 se estrelló contra el Océano Atlántico, a 2 km del aeropuerto. Fallecieron 169 de las 179 personas a bordo.
La investigación dio como resultado que la causa del accidente fue un fallo eléctrico de las alarmas, sumado también al error de la tripulación de cabina. Al ser de noche cuando despegaron, los pilotos no tenían una referencia visual, por lo que eran más propensos a que si sonaba una alerta como las antes mencionadas, pudieran cometer más fallos.
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