Es un tipo de tren de aterrizaje con dicha forma de triciclo, con una única rueda delantera en el morro y dos o más un poco detrás del centro de gravedad del avión. Los que posean esta configuración de tren de aterrizaje son los más fáciles de rodar, despegar y aterrizar, siendo actualmente el tipo más utilizado.
Las primeras aeronaves con el tren de aterrizaje triciclo fueron antes de la Primera Guerra Mundial, con los diseños de Curtiss Pushers y Antoinette. En 1956, el Cessna 172 sería el primer avión en tenerlo con resortes de acero.
El estilo de aterrizaje respecto al convencional es que los que tienen tren triciclo pueden aterrizar en horizontal, sin tener que primero posar el tren trasero y luego el delantero, y sin preocuparse por un posible peligro de capotaje. Una ventaja muy importante es la estabilidad durante la aproximación con viento cruzado o de cola, por cómo está distribuido el centro de gravedad y la localización del tren de aterrizaje. Esto le permite operar en pistas cortas con condiciones climáticas adversas sin demasiadas complicaciones.
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