Cuando este fenómeno ocurre en una porción significativa de la superficie, provoca una reducción notable de la capacidad de sustentación del ala. La entrada en pérdida es de particular interés en aeronavegación y en ingeniería aeroespacial, porque supone un riesgo para la estabilidad de las aeronaves. Cuando la entrada en pérdida sucede en vuelo, el piloto debe recuperar la sustentación y la estabilidad haciendo que el avión “pique”, es decir, haciendo que el morro baje respecto de la cola.
Se pueden distinguir, aunque más variantes, tres situaciones en las que se produce la pérdida:
·Pérdida por baja velocidad y gran ángulo de ataque α.
·Pérdida acelerada por un incremento repentino o brusco del ángulo de ataque.
·Pérdida por onda de choque a alta velocidad.
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