Fue un vuelo de pasajeros que cubría la ruta entre el Aeropuerto Internacional de Maputo (Mozambique) y el Aeropuerto Internacional Quatro de Fevereiro (Angola), el 29 de noviembre de 2013. El avión siniestrado era un Embraer 190. Se estrelló en el Parque Nacional de Bwabwata en Namibia, al norte, cerca de la frontera con Angola.
El avión se encontraba a 38.000 pies de altura (11.582 m), sobrevolando el espacio aéreo de Botswana, a medio camino entre Maputo y Luanda. De repente, la aeronave comenzó a perder altura rápidamente, a 100 pies (30m) por segundo mientras era registrado en el radar. Su rastro se perdió a 3.000 pies (914 m) sobre el nivel del mar, que fue reducido a cenizas.
Los investigadores descubrieron que fue el piloto quien estrelló el aparato contra el suelo, habiendo desactivado el piloto automático. La caja negra detectó voces de la cabina y se escuchó alarmas durante el descenso, ignoradas por el piloto, a su vez golpes en la puerta de la cabina que estaba cerrada con llaves, ya que el copiloto por alguna razón no se encontraba dentro. Todavía se siguen investigando las razones por las que el piloto decidió dirigir el avión contra el suelo.
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