Era un vuelo de pasajeros que cubría la ruta entre el Aeropuerto Internacional de Kinshala - N'Djili y el Aeropuerto Internacional de Kisangani - Bangoka, ambos aeropuertos en la República Democrática del Congo, el 8 de julio de 2011. El avión accidentado era un Boeing 727-300.
La aeronave, estaba realizando la aproximación, donde había poca visibilidad y fuertes lluvias, cuando se estrelló a 200 m de la pista de aterrizaje del aeropuerto de destino. Fallecieron 74 de las 118 personas a bordo. Hubo mucho revuelo cuando se reportaron el número de víctimas mortales, ya que unos decían una cifra y otros otra.
Durante la investigación se descubrió que ni los controladores ni el capitán tenían licencia para volar. Los controladores dieron información errónea sobre el tiempo y el aeropuerto no tenían plan de emergencia. Se concluyó que fue un vuelo controlado contra el terreno como causa del accidente. Se quitó el permiso de volar para la aerolínea, por otros accidentes en un periodo corto de tiempo.
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