Era un vuelo regular de pasajeros que cubría la ruta entre el Aeropuerto Internacional Stapleton y el Aeropuerto Internacional de Boise, ambos aeropuertos en Estados Unidos, el 15 de noviembre de 1987. La aeronave accidentada era un Douglas DC-9-14.
La aeronave, justo después de despegar, empezó a virar sin control hacia la izquierda, chocando el ala izquierda y la cabina de los pilotos primero. Luego la cola también golpeó el suelo provocando quedando invertida y abollando la sección media del fuselaje. Fallecieron 28 de las 82 personas a bordo.
Los investigadores determinaron que lo más probable es que el accidente se produjera al no realizar un segundo deshielo del avión luego de sufrir un retraso, provocando una acumulación de hielo en las alas. También, por el hielo acumulado, al girar el copiloto la aeronave hacia la izquierda, hizo que virase demasiado hacia esa dirección. Otros factores fueron la muy poco experiencia de la tripulación de cabina en esa aeronave ( 166 horas el piloto y 26 horas el copiloto ) y la mala gestión de los controladores aéreos.
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