Era un vuelo comercial que iba desde el Aeropuerto Internacional de Johannesburgo ( Sudáfrica ) y el Aeropuerto Internacional de Ámsterdam - Schiphol ( Países Bajos ), con escala en el Aeropuerto Internacional de Trípoli ( Libia ), el 12 de mayo de 2010. La aeronave accidentada se trataba de un Airbus A330-300.
El vuelo hasta la capital de Libia era tranquilo y normal, a una altura de 40.000 pies durante casi todo el vuelo. Sin embargo, el avión, durante el descenso final al aeropuerto, se estrelló contra una casa a 1,2 km de la pista de aterrizaje, generando una enorme explosión. Las 7 personas que habitaban la casa salieron ilesas, y 103 de las 104 personas a bordo fallecieron, milagrosamente un niño de 9 años sobrevivió al desastre.
Según la posterior investigación, los pilotos no tenían ninguna referencia visual, ya que era de noche, y además, descendieron más temprano de la cuenta. El capitán, al alertarse de que iban demasiado bajo, ordenó un motor y al aire, levantando los flaps y el tren de aterrizaje. No obstante, tanto el capitán como el primer oficial controlaban los mandos del aparato por su cuenta, el primero tiraba de ellos hacia adelante y el segundo hacia atrás. En los últimos instantes, sabiendo lo que se les venía encima, tiraron los dos de los mandos hacia atrás, sin lograr resultado alguno. Todo esto fue provocado por el común y famoso vuelo controlado contra el terreno.
Es el segundo peor accidente de víctimas mortales del A330 seguido del vuelo 447 de Air France que se estrelló en el Océano Atlántico, y el segundo de Libia. También es el peor desastre de la aerolínea.
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