Era un vuelo de pasajeros que cubría la ruta entre tres aeropuertos: el Aeropuerto Internacional Reina Alia ( Amán, Jordania ), el Aeropuerto Internacional de Damasco ( Siria ) y el Aeropuerto Internacional de Jartum ( Sudán ), el 10 de junio de 2008. El avión accidentado era un Airbus A310-324.
El vuelo se dirigía a la capital sudanesa después de despegar de la capital siria, sin embargo, debido a una tormenta de arena e intensas lluvias, fue desviado a Puerto Sudán, en la costa del país. Más tarde, le darían la autorización a los pilotos de volar hacia Jartum. La aeronave aterrizó sin mayores problemas cuando tocó tierra, pero a pesar de ello, no se detendría hasta haber agotado la pista y recorrer 215 m más allá del final de la misma.
En cuanto se detuvo el avión, comenzó un incendio en el lado derecho del fuselaje. Empezaría así el protocolo de evacuación del aparato por parte de los pasajeros y por los servicios de rescate del aeropuerto, que no salió bien, aunque podría haber sido mucho peor. Únicamente funcionaba los toboganes del lado izquierdo, y de ellos, sólo se podía usar el central o el delantero, porque el trasero estaba a demasiada altura del suelo. Sumado también al fuego que entró en la cabina y en el fuselaje delantero que impedía ver y respirar, provocaría un tapón en la salidas de emergencias, perdiendo un tiempo vital para escapar.
Tras el accidente, el aeropuerto cerró sus operaciones y los servicios de rescate llegaron al lugar de la catástrofe. La gestión de recursos fue pésima, con pocos rescatistas, falta de comunicación y rutas de emergencias, entre otros problemas. Se desplegaron ambulancias para los heridos y autobuses para evacuar al resto de pasajeros. Después de toda la evacuación, fallecieron 30 de las 214 personas a bordo.
La investigación del accidente aéreo arrojaría respuestas a cómo ocurrió la salida de pista, provocada por errores de los pilotos en el aterrizaje. La tripulación de cabina fue informada de precipitaciones y viento en el Aeropuerto Internacional de Jartum. La aeronave, a pocos segundos de aterrizar, fue golpeada por un viento de cola, que los pilotos no notarían, y que haría que aterrizaran a unos 850 m del final de la pista. La pista estaba muy resbaladiza, pero los pilotos no accionaron el freno automático, aunque más tarde sí lo harían con el inversor de empuje viendo que no frenaba lo suficiente el aparato. El inversor izquierdo no funcionaba, por lo que el avión se desvió a la derecha, aunque la posición fue corregida para estar en el centro. El capitán frenó a fondo, haciendo que se bloquearan las ruedas y se desactivara el antideslizante. El Airbus A310-324 se saldría de la pista a 76 nudos de velocidad ( 141 km/h ), golpeando con el ala derecha varias luces de aproximación y antenas, cortando la fuga de combustible, y creando así el incendio cuando se detuvo por completo.
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