Fue un vuelo de carga que iba desde el Aeropuerto Internacional de Louisville y el Aeropuerto Internacional de Birmingham - Shuttlesworth, ambos aeropuertos en Estados Unidos, el 14 de agosto de 2013. La aeronave implicada en el accidente era un Airbus A300F.
El avión se encontraba realizando una aproximación instrumental nocturna cuando tocó los árboles y rebotó contra el suelo 3 veces. El fuselaje se partió y la parte delantera recorrió casi 200 m hasta detenerse a aproximadamente 1 km de la pista, generando un incendio. Los dos pilotos fallecieron.
La investigación de la catástrofe indicó que la principal causa de lo acontecido fue un vuelo controlado contra el terreno. Otros factores fueron: el cansancio de la primera oficial, no calcular bien la aproximación y descender por debajo de la altitud mínima de aproximación, la expectación de la tripulación de salir de las nubes a 1.000 pies de altura, mala actuación del capitán motivada por la fatiga y deficiencias en el entrenamiento, la primera oficial no hizo las llamadas mínimas reglamentarias y el capitán no le comentó a la primera oficial sus intenciones cuando el perfil vertical no fue capturado.
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