También conocido como visor de bombardero, es un dispositivo empleado por los cazas para lanzar bombas con precisión, el cual debe calcular la trayectoria que la bomba seguirá desde el momento en el que se lanza de la aeronave.
Su primer uso fue en la Primera Guerra Mundial, con sistemas simples de puntos de mira con el que se graduaban en función a un ángulo de caída aproximado. Luego serían cambiados por miras de tipo vector, con la capacidad de medir y corregir el efecto del viento, y más tarde aparecerían en la década de 1930 las miras tacométricas, siendo la más conocida la mira Norden. Para la Segunda Guerra Mundial, esas miras tacométricas eran combinadas con radares para realizar bombardeos precisos durante la noche o a través de las nubes. Por último, en la década de 1960, llegaron las miras totalmente computarizadas, combinando el mapeo y la navegación de largo alcance.
Las dos fuerzas que más se interponen y determinan la trayectoria de las bombas son la gravedad y la resistencia del aire, haciendo que tenga un recorrido parabólico. Otros factores a tener en cuenta también son la densidad del aire o la presencia del viento. Se pueden minimizar estos efectos aumentando la velocidad de caída de las bombas o volando a una baja altitud.
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