Fue un vuelo que iba desde el Aeropuerto Internacional de Bagdag (Irak) y el Aeropuerto Internacional de Gimpo (Seúl, Corea del Sur), con escalas en el Aeropuerto Internacional de Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) y en el Aeropuerto Internacional Don Mueang (Bangkok, Tailandia), el 29 de noviembre de 1987. El avión implicado en el desastre era un Boeing 707-3B5C.
En Bagdag, dos norcoreanos abordaron hasta Abu Dabi, donde se bajaron del avión, pero habiendo dejado una bomba temporizada en uno de los compartimentos superiores. En el vuelo hacia Bangkok, mientras sobrevolaban el mar de Andamán, cerca de la costa de Birmania, la bomba explotó, destrozando la aeronave, la cual caería al mar, falleciendo las 115 personas a bordo.
Los agentes norcoreanos, un hombre de 70 años y una mujer de 26 años, fueron detenidos en Bahréin con pasaportes japoneses falsificados. Ambos tomarían cápsulas de cianuro, falleciendo el hombre y sobreviviendo la mujer. Ella, tras pedir perdón a los familiares de los pasajeros, fue condenada a muerte en 1989. Sin embargo, el presidente Roh Tae-woo la perdonó, y es que ella contó cómo fue reclutada y entrenada por el gobierno norcoreano. Hoy en día vive en Corea del Sur, siendo protegida por los servicios secretos ante posibles represalias norcoreanas.
La causa clara de la catástrofe fue un atentado perpetrado por Corea del Norte. Y es que la orden fue redactada personalmente por el dictador norcoreano en su momento Kim Jong-il para desestabilizar las próximas elecciones parlamentarias de Corea del Sur y aterrorizar a los equipos deportivos internacionales para que no asistieran a los Juegos Olímpicos de Seúl, ambos eventos en 1988.
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