Fue un vuelo de pasajeros que cubría la ruta entre el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el Aeropuerto Internacional del Norte (Monterrey), ambos aeropuertos en México, el 4 de junio de 1969. El avión implicado en el accidente era un Boeing 727-264.
El vuelo transcurrió sin problemas hasta el descenso para la aproximación. Los pilotos contactaron con la torre de control sobre información meteorológica, siendo ésta de neblina y lluvia fina, sin aviones alrededor, además que el radiofaro estaba inoperativo por falla eléctrica. Más tarde, la tripulación informó que veían la pista y que comenzarían a realizar la aproximación final. Sin embargo, el avión chocó contra un cerro, falleciendo las 79 personas a bordo.
Tras la investigación, se destapó que el piloto no siguió la ruta adecuada para la aproximación, ya que volaron sobre el VOR de Monterrey sin reportar a la estación terrestre para después girar a la derecha y luego a la izquierda en descenso continuo a un rumbo en dirección al cerro. No se pudo determinar el por qué de esos giros, al estar la grabadora de voz de cabina ausente en los últimos minutos del vuelo.
Es el segundo aéreo más mortífero de México tras el vuelo 940 de 1986, casualmente de la misma aerolínea y del mismo modelo de aeronave, donde fallecieron las 167 personas a bordo.
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