Es una configuración alar para un avión de ala fija que pueda tener un vuelo estable, sin la ayuda de la sustentación diferente a la del ala principal, es decir, sin superficies auxiliares como los estabilizadores horizontales o verticales. Este término se aplica normalmente a la aeronave cuya carga útil mayormente se transporta dentro del ala principal, la cual contiene la mayor parte de su volumen estructural.
A lo largo del tiempo, se ha defendido al ala volante como la configuración más eficiente que hay si se mira desde el punto de vista de la aerodinámica y el peso estructural. Esto proviene principalmente de la idea de que la ausencia de cualquier componente del avión, sin contar el ala, debe reducir la complejidad estructural y el coeficiente de resistencia.
Aún así, el ala debe ser capaz de proporcionar control de vuelo y estabilidad, una condición que en principio impone dificultades adicionales al problema del diseño. Además, los aumentos en peso y fricción por el problema de estabilidad pueden equilibrar parcial o totalmente los beneficios estructurales de la simplificación.